La capilla de los Scrovegni se encuentra en la bella ciudad de Padua, una ciudad universitaria, animada, jovial y con un gran patrimonio cultural.
La capilla de los Scrovegni, fue erigida por mandato de Enrico Scrovegni, para expiar y reparar los pecados de usura de su padre Reginaldo, un rico prestamista.
Giotto, fue el responsable de estos maravillosa frescos, realizados en 855 días, entre 1303 y 1305.
El resultado es una asombrosa explosión de colores que irrumpe en la retina del visitante. Todas las figuras muestran una naturalidad y expresividad tan intensa que se diría, que están vivas.
Mi visita a Padua junto con el baptisterio ya estaba justificada.
La decoración mural de la Capilla de los Scrovegni es una de las más importantes obras maestras de Giotto, el impulsor del Renacimiento italiano.
La arquitectura externa de la capilla es muy sencilla. La fachada construida en ladrillo es de planta rectangular. Los muros están reforzados con contrafuertes, unidos por arcos ciegos, en los que hay seis ventanas en uno de los laterales.
La puerta de entrada es de piedra, en arco de medio punto.
Junto con la capilla se construyó también un palacio sobre una anfiteatro romano, el cual fue derrumbado, hoy no existe. La capilla tenia doble uso: servia como oratorio privado de la familia y como monumento funerario.
El interior posee dos cuerpos: la sala principal mide 20,8 por 12,8 metros y el abside compuesto por una zona cuadrada y otra pentagonal. Es ahí donde están enterrados Enrico y su esposa Jacopina de Este.
Justo a la entrada, en el muro este, lo primero que vemos son las escenas concentradas en la vida pública de Jesus, desde el momento en que se hace bautizar en el rio Jordán
Los frescos de las paredes, estan divididos por marcos, organizados en tres bandas horizontales. Cada uno de los marcos contienen escenas de la Historia Sagrada, del Viejo y Nuevo Testamento.
El orden narrativo es de izquierda a derecha y de arriba abajo.
Las pinturas de las paredes laterales de la izquierda hacen referencia a la vida de Jesús y los de la derecha a la Virgen.
El remate es un zócalo simulando placas de mármol, en las que se superponen las virtudes y pecados capitales, produciendo una sensación de relieve.
El techo abovedado de un intenso azul, representan el cielo con estrellas de ocho puntas y ocho planetas, que son profetas del Antiguo Testamento y dos soles que muestran a Dios, la Virgen y el Niño.
El Juicio Final ocupa todo el muro oeste de la capilla, la figura central es Cristo-Juez, a ambos lados se sitúan dos alas con los doce apóstoles, sentados en semicírculo.
Hay dos espacios que contrastan: los bienaventurados y los condenados.
Realmente es una joya única, de una belleza prodigiosa.
Datos prácticos
Es necesario reservar por internet o por teléfono con varias semanas de antelación.
Las visitas duran 15 minutos y van precedidas de un breve documental en el CTA (Cuerpo Tecnológico Atrezado), sobre la historia y reparación de los frescos.
El precio es de 13€ e incluye una visita a los museos cívicos de los Ermitaños y al palacio de Zuckermann
La capilla abre de lunes a domingo de 9:00 a 19:00, solo cierra tres días al año.
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