La aventura de viajar es la mejor aventura
La aventura de viajar es la mejor aventura
Expectantes y con la emoción puesta, continuamos el viaje hacia otra ciudad: Pakse
Una de las mejores formas de llegar a Pakse desde Vientián, es en los cómodos autobuses cama -nocturnos (VIP bus), pues solo hay dos vuelos semanales y es dificil que te coincidan los días.
El billete hay que reservarlo previamente en el hotel o bién directamente en la terminal de autobuses King of bus.
En la pensión nos dicen que el bus sale a las 18:30, pero nos es verdad, no sale hasta las 20:30. En el precio que es de 170.000 laks esta incluido el transporte hasta la estación.
A las 18:30 aparecen dos chicos con camisetas rojas, muy dispuestos a recogernos, son de la agencia Sout Chai que es la que gestiona este trayecto.
El vehiculo es una camioneta descubierta que va dando botes y parece que las maletas se quieren salir.
Vamos parando en los diferentes alojamientos de cada turista. En total somos diez personas. Hay bastante tráfico y tardamos 30 minutos.
La estación de autobuses es muy grande y caótica, aunque no por eso deja de haber tiendas, quioscos y pequeños restaurantes informales.
Es la estación principal de Vientián y de aqui parten la mayoría de buses a las principales ciudades de Laos, Thailandia y Camboya.
Me quedo perpleja ante la cantidad de ómnibus, enormes y de dos pisos.
La gente se arremolina alrededor. Los turistas con grandes mochilas y los lugareños con bolsas y enormes fardos. Hay desorden y desbarajuste por lo que vigilamos nuestras pertenencias, pues no quiero arruinar mi viaje por un simple despiste.
En medio de todo, el tenderete ambulante hace su aparición, recorriendo todo el recinto, y vendiento una especie de buñuelos picantes, pero no me atrevo a probarlos.
Nuestro autocar, esta equipado con compartimentos de camas unidas para dos personas, pero como somos tres, echamos suerte para ver quien se queda sola, le toca a Bety, con lo cuaí tiene que compartir con alguien.
De compañero le toca un australiano, muy simpático y con ganas de no molestar. Bety no se atreve a quedarse dormida, vaya que en su placidez se aproxime al “guiri”. Al final el sueño la vence y descansa como si estuviera en su casa.
Las camas estan equipadas con una sábana, almohada y un edredón, limpias y coloreadas.
La mayoría son turistas, pues el precio del billete aunque no es caro, los autoctónos no se lo pueden permitir.
El bus va equipado de “toilette oriental“, pero es incomodo pues con el traqueteo es dificil acertar en el sitio justo. Os doy un consejo: no beber cerveza ni bebidas diuréticas.
Nos dan dos sanwichs y una botellita de agua, pero nosotras más prevenidas llevamos unos croissants rellenos de jamón y queso, modelo español, que previamente habíamos comprado en la pasteleria Le Banneton.
Hay que entrar descalzo, para no estropear el suelo enmoquetado. Nos entregan una bolsita de plástico para los zapatos.
Nos acomodamos y vamos dejando atrás la ciudad de Vientian, el tiempo transcurre lento y sin sobresaltos.
Me fijo en todos los pasajeros que suben, sus sendas mochilas obturan los estrechos pasillos y poco a poco nos vamos acoplando.
La duracion del trayecto es de doce horas, el conductor hace varias paradas para repostar y otras cosas.
Solo duermo un poco, a pesar de que las camas son cómodas, me enredo leyendo, retoco fotos y tomo notas en mi bloc de espiral.
A las 6:40 llegamos a Pakse y con cierto optimismo, emprendemos la aventura de”pescar” un tuk tuk
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