A lo largo de todos estos días he tenido tiempo de hablar con las montañas y me he preguntado como puede existir esta magnificencia, las he invitado a que se metieran dentro de mi cámara y este ha sido el resultado.
Nos alojamos en el hotel Isokar, que tampoco tiene agua caliente ni fría, pues las tuberías están heladas. La ducha es modelo Himalaya como he dicho antes, te subes en un taburete, y con un jarrito te vas echando agua, que lo llenas de dos contenedores, uno con agua caliente y otro fría, tienes que tener cuidado de no quemarte ni quedarte tiesa de frío.
En la habitación nos ponen una estufa de butano, y dentro de la cama “el husband“como dicen ellos, es una bolsa de agua caliente, esta costumbre “husbanera” esta extendida por todo el norte de India y la verdad que es una buena idea. Por lo demás el hotel no está mal.
El primer día me levanto con un dolor de cabeza tremendo, debe ser por la altura. Desayunamos y nos dirigimos con Khan y Taric a todos estos puntos interesantes.
Palacio de Leh
Era la residencia de la familia real de Ladakh, construido en el siglo XVII por un rey budista Sengg Namgyal. Se parece al palacio de Potala en Lhasa.
El servicio arqueológico lo esta restaurando pero el deterioro avanza rápidamente. Esta lleno de huecos, trampas, escaleras de madera apoyadas en la pared, que no tienen seguridad ninguna, hay que hacer equilibrios para no caerte. Como no hay ninguna advertencia del peligro, pisé unas tablas y la pierna se me coló por un agujero, menos mal que no me hice daño, pero eso forma parte de las peripecias viajeras.
Cuando llegas a lo mas alto puedes contemplar unas impresionantes vistas a los Himalayas. Cae el silencio y la vida parece detenerse durante unos segundos.
Hemis Gompa
Está a 45km. de Leh y es el monasterio mas grande y rico de Ladakh. Su interior esta decorado con una estatua de Buda, estupas de oro y plata y tres thankas sagrados de un colorido sorprendente.
Thiksey Gompa
Se encuentra a 20 km. de la capital y dentro del pueblo de Shey. Es de los mas bellos de Ladakh.
Tiene dos salas de oración, una oriental con una figura de Maitreya también conocido como el Buda del futuro, mide 14 m y esta decorado con tocado de joyas y otra sala occidental que alberga las “dharmapalas humanas” que han adoptado un aspecto terrorifico para demostrar su despego por el mundo físico.
Las vista desde la colina al valle del Indo es soberbia y majestuosa y empiezo a pensar que soy muy afortunada.
Shey
Esta a 15 km al sureste de Leh y fué la antigua capital de verano de Ladakh, aqui se encuentra el Palacio real, aunque muy dañado sigue siendo un lugar de culto. Su sala de oración contiene la estatua de Buda sentado, que es la mas grande de metal de Ladakh, cubierta de oro y repleta de significados. Te invita a compartir el entusiasmo budista e intentar conseguir el Nirvana.
Llegamos extenuadas al hotel pero a pesar del cansancio nos vamos a cenar al Summer Harvest.
Tomo sopa, arroz y nan (pan). Es lo único que hay, así que creo que estoy adoptando las costumbres budistas, pero por necesidad aunque una temporada así, no nos viene nada mal.
Nos llevamos una sorpresa cuando vemos que Khan y Taric nos están esperando a la salida del restaurante y es que nos han visto dejar el hotel, nos han seguido y nos reprenden, dicen que como se nos ha ocurrido salir a esas horas, yo les digo que queríamos ir solos pero no estamos concienciados de que hay toque de queda, y es que ellos velan por nuestra seguridad.
Khardung La
Es un paso de montaña y es la puerta de entrada hacia los valles de Shyok y Nubra. Esta considerada la carretera motorizada mas alta del mundo (5.602 m), el trayecto desde Leh tarda 1.30h. El camino es angosto, tortuoso y con precipicios, el paisaje es árido y sin un árbol a la vista, solo piedras sueltas.
Tienes que estar preparado física y psíquicamente, nos falta el aire y hacemos respiraciones muy rápidas y profundas para que no te falte el oxígeno.
Diviso unas banderas de colores colocadas en una colina nevada y asciendo hasta ellas, son banderas de oración y simbolizan la paz y felicidad en el mundo.
Conozco a unos chicos de Bangalore y un guía de Sikkim, me proponen una caminata hacia una cabaña y entre risas y tirándonos trozos de hielo, conseguimos llegar sin resbalarnos. Un segundo pico nos esta esperando para observar mejor el glaciar Siachen y la frontera de Pakistán, pero declino la invitación pues mis pulmones ya han tenido bastante trabajo.
Hago un descanso antes de bajar, practico un poco de meditación y vuelvo a mirar esas montañas que permanecen altivas, firmes y calladas.