Tomé un tren de Bari a Trani, la ciudad que tanto interés me había despertado.
Había reservado por internet un B&B: I Carretieri y cual seria mi sorpresa, que cuando llego, no hay nadie. Toco el timbre varias veces, pero no responden. Llamo a un tlf que estaba escrito en la puerta, pero tampoco contestan.
Que puedo hacer? Pregunto a un chico, que si sabe de algún hotelito cercano, se ofrece a acompañarme y me lleva al B&B Solar situado en C/Mario Pagano 11 Tampoco hay un alma, pero llama desde su tlf y responde una señora, la cual aparece en veinte minutos, ¡ menos mal! estaba salvada.
Por fuera la casa un poco abandonada, pero mi habitación en un tercer piso, esta bastante bien, aunque los colores de la colcha y cortinas un poco chillonas. No hay ni un turista con lo cual duermo sola en esa casona deshabitada.
El precio de la hab es de 50€ con desayuno, aunque no lo hago allí, sino en una cafetería que esta a unos 300 metros: el cafe Central.
Contenta con mi nuevo hotel me dispongo a recorrer la ciudad de Trani.
Que podemos ver
La catedral (Il Duomo)
Con una situación privilegiada, enfrente del puerto y con unas vistas espectaculares.
Se comenzó a construir en el siglo X, aunque fue en el XIII, cuando alcanzó su apogeo.
Es de estilo normando-rómanico y las paredes de piedra de color blanco-rosáceo, como es característico en la mayoría de las edificaciones de Trani.
Una de las fachadas, la que esta junto al campanario, esta decorada, con un rosetón y varias ventanas alienadas.
Su interior es muy austero, sencillo y acogedor. La planta es de cruz latina, con tres naves, divididas por doce pares de columnas y ábsides semicirculares. En el suelo del altar principal hay un mosaico, que se ha descubierto recientemente.
En la nave izquierda de la basílica superior hay una puerta de bronce, de dos hojas con bajorelieves, es obra de Barisan de Trani (1175). Esta dividida en 32 cuadros, pesa 25 toneladas y se dice que es la más grande del mundo.
Unas pequeñas escaleras conducen a la cripta de San Nicolas Peregrino, aquí llama la atención unas columnas de mármol de estilo griego muy altas, que dan impresión de ligereza,verdaderamente bizantino.
También tiene su protagonismo los frescos de las paredes, de tono rojizos ya gastados por el paso del tiempo.
La torre del campanario con ventanas simétricamente colocadas, acaba en una aguja y una pirámide octogonal.
Castello Svevo
Esta en la orilla mas allá de la catedral. Data del siglo XII y construido por el emperador Federico II. No hay nada interesante en su interior, pero es bonito junto al mar y el cielo de fondo.
Puerto nautico y pesquero
Estos dos pequeños puerto están muy cerca entré si. Cuando se baja desde la catedral se pueden ver los barcos de pesca, que llegan después de faenar. Unas enormes cigalas saltan y se salen de las cajas.
Puerta Aurea
Es la única de las cuatro puertas antiguas que se conserva intacta y con dos torres defensivas.
Sinagoga Scolanova
Construida en el antiguo barrio judío de Trani. En el siglo XVI, después de la expulsión, se convirtió en una iglesia, después volvió a ser sinagoga. No dejan visitarla.
Iglesia de Todos los Santos o de los Templarios
Construida por los templarios en la primera mitad del siglo XII.
Es de planta rectangular con tres naves. La fachada tiene tres portales, ricamente enmarcados.
Iglesia de San Francesco
Construida en el XI por Domenico Benincasa. Más tarde llegaron los franciscanos en el siglo XVI, que se establecieron en el monasterio que hay al lado.
Iglesia de San Donato
Antiguamente de San Salvador. No se sabe exactamente el año de su construcción. En la torre medieval, se encuentra un reloj del Quattrocento.
Iglesia de San Agustin
Construida en tiempos de la peste, en el siglo XVI y originariamente dedicada a San Sebastian.
Seguí recorriendo la ciudad y me recordó un poco Nápoles y Palermo, con algunas calles deterioradas, las puertas tapadas con cortinas y los trapos tendidos en los balcones, pero a pesar de eso, con el encanto tipico de las ciudades del sur de Italia: vibrantes, trasnochadas y vivas.
Al final de la tarde, cansada y con ganas de comer y beber algo, entré en una enoteca, rápidamente el dueño pega la hebra, me presenta a un amigo suyo y me tomo un vino con ellos, luego otro y otro.., le pregunto por un restaurante que sea bueno y barato. Me dice que el me puede preparar unos espaguetis carbonara, estaba cansada y acepte, resultaron deliciosos. Lo pase bomba, cantando canciones italianas y degustando unos exquisitos vinos. Fue una velada muy bonita.
Al día siguiente volví, pero esta vez, tomé solo un vino.
Próximo…. Alberobello y Locorotondo
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