Continuamos con nuestro flamante coche y eficiente conductor Moises hacia Swakomund, deteniéndonos de nuevo en Solitarie para repostar. De camino volvemos a tomar el delicioso pastel de manzana, el mejor de Namibia
Vemos al fondo las montañas del parque de Naukluftberge que significa “pequeño cañón”
Estas montañas se originaron hace miles de siglos, su composición es de mica, granito y piedra caliza, disponiendose en capas estratificadas. Su color es negro debido al plactón que arrastró el agua proveniente del Oceáno.
A medida que nos dirigimos al norte, la orografía se va haciendo rugosa, el paisaje parece lunar, excitante, incluso dramático.
Se nos presenta un día que esta lleno de vida, pero de vida salvaje, sin alambradas ni turistas, donde los pasos de cebra, son tramos por donde pasan las cebras.
Los orix, springbook y kudús se nos atraviesan continuamente. Ajenos a nuestras cámaras, exhiben su porte distinguido, con unos andares lentos y elegantes.
Viven en libertad con la única preocupación, de que sean atacados por algún depredador.
Paramos a comer en Rostoc Ritz, un lodge totalmente aislado, nos desviamos de la carretera, unos 20km., pero mereció la pena. Si quieres que nadie te encuentre, vete allí.
Un vivaracho suricate nos dió la bienvenida, se dejó fotografiar aunque no paró de hacer travesuras.
El dueño un alemán muy correcto, nos tenia la comida preparada. Consistió en una ensaladilla agridulce, seguido de un steak de orix con patatas y un postre de helado con chocolate. Todo estaba delicioso.
Con gran asombro, vemos que hemos alcanzado el Trópico de Capricornio. Una señal se alza con el nombre.
Es una linea imaginaria paralela al sur de Ecuador, que delimita los puntos más meridionales en los que el sol ocupa el cenit a mediodía. Aqui los rayos solares caen perpendicularmente sobre el suelo, durante el solsticio de diciembre, que ocurre entre el 21 y 22.
Te da cierta emoción saber que estas ahí, no hay ni un alma, solo nosotras con el letrero.
Atravesamos el puente sobre el rio Gaub, las curvas se van haciendo más cerradas y las formaciones rocosas más verticales.
Los baboom juguetones, saltan y se aferran a las rocas.
De repente unas plantas extrañas y autóctonas hacen su aparición. Algunas son únicas en el mundo y estan protegidas. Se pueden tocar pero no cortar ni siquiera una ramita.
Euphoria Virosa
Es un gran cáctus que crece en la arena y que al pincharlo sale una especia de leche, la cual es venenosa. Algunos cazadores la ponen en las flechas para disparar a los animales.
La Welwitschia mirabilis
Se cree que es una reliquia viviente del Jurásico y una planta de las más antiguas. Crece hacia dentro y el tronco se va enterrando poco a poco, quedando visibles solo un tallo y las hojas.
Estas hojas larguiruchas y estrechas se expanden por el suelo, llegando a medir hasta seis metros. El proceso dura mucho tiempo, mientras el cual se resquebrajan y se rompen. Su esperanza de vida es de entre cuatrocientos y y mil quinientos años.
El panorama se vuelve árido, sin árboles ni montañas. La carretera cambia de ripio a asfalto entrando así en el distrito de Swakopmund, que todavía pertenece al Parque Nacional de Namib Naukluft.
Nos adentramos en en el cañon del rio Kuiseb, despues de atravesar caminos polvorientos, precipicios estrechos, baches y pedruscos.
El rio nace en Windhoek, en un macizo rocoso, recogiendo las escasas aguas de la lluvia, arrastra aluviones y llega así hasta la ciudad de Walvis Bay.
Sin embargo, algo por dentro me esta empezando a paralizar, cuando vemos semejantes formaciones de piedra, cuajadas de minerales que encajan con el desbordante juego de sombras. Me monto una pelicula esperando descubrir un diamante.
Vemos minas de uranio, donde el agua que va a través de unas grandes tuberías, es difícil de recolectar, debido a la gran sequía.
Por fin llegamos a la ciudad de Swakopmund. Una localidad situada en la costa Atlántica, cuya arquitectura es del más puro estilo alemán. Fundada en 1892 como el puerto principal del Africa Sudoeste Alemana.
Un gran numero de la población habla alemán, y las costumbres germánicas están siempre presentes.
Los edificios coloniales de diversos colores esta impecables y las calles limpias y bien trazadas, le dan aire de una urbe cosmopolita.
Es una ciudad par pasear, hacer compras de artesania, detenerte ante algunos edificios, pero principalmente para degustar su gastronomia, que como puerto de mar, el pescado y marisco son los protagonistas, sobre todo las ostras ¡Que ricas!
Nos alojamos en el hotel Delight, lo acababan de inaugurar hacía diez días, con lo cual estaba perfecto y cuidado.
Me sorprendo ante la decoración, que es todo de vivos colores en los que predominan los rojos y azules. El vestuario del personal combinan con el mobiliario.
Las habitaciones y servicios generales son de un gusto exquisito.
El bar está abierto hasta bastante tarde, asi que te puedes tomar un fresquito cocktail.
El desayuno es un buffet excelente, a base de panecillos, fiambres, frutas y por supuesto ostras con champagne.
Está muy centrico, situado en Theo- Ben Gurirab Avda, cerca de la iglesia evangélica y del Monumento en Honor a la Marina.
Esa noche la disfrutamos con una excelente cena en Farm House en la zona del Ocean mar, uno de las mejores sitios de la ciudad. La comida buenisima y bien servida. Cuatro platos más dos cervezas y una botella de vino fue de 525 DN
Continuara…Walvis Bay
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